La denominación “programa de conciertos” resulta raquítica para comprender los alcances de Atonal. Impulsado por la genuina necesidad de promover la producción artística que conjuga diversos soportes expresivos, con el sonido y la imagen en movimiento como puntales de las obras aquí reunidas, Alejandro Casales ha diseñado dos presentaciones a través de las cuales ha tejido un recorrido provocador y altamente sensorial que convoca autores de trayectorias consolidadas en la ámbito internacional con noveles presencias en la escena del arte actual mexicano.
Esto explica la coexistencia de obras escritas por Rodrigo Sigal, Elsa Justel y Leon Schidlowsky con las propuestas de los emergentes Badillo, Mohedano y Alejandré. Dichas vinculaciones se enriquecen con la presentación de piezas realizadas por jóvenes compositores mexicanos que han realizado estudios de posgrado en el extranjero, recibido premios internacionales por sus obras y han articulado de manera consistente los soportes de video con la sincronización de instrumentos interpretados en vivo, además aprovechan herramientas digitales de nueva generación y protocolos de programación de código abierto adaptados a sus necesidades.
Atonal ofrece un viaje alterado donde se cruzan la experimentación formal con apropiaciones simbólicas del pasado prehispánico, voluntades iconoclastas y las posibilidades, poco aprovechadas en México, del uso de la música popular como materia prima de la exploración estética.
Es importante señalar que buena parte de las piezas que conforman el programa responden al principio de la interpretación. Dependen no solo de la sincronización de las partes que las conforman, sino del modo en el cual la ejecución en vivo establece una correspondencia con las representaciones técnicas a través de las cuales se añaden otros planos de sentido que permiten la convergencia de sonido, música, imagen en movimiento y representación visual, por mencionar algunos elementos que se organizan en ese momento para ser percibidos de manera simultánea. El resultado despliega un espacio y tiempo propios desde las cuales se integra a los miembros de la audiencia en un territorio nuevo, donde la especialización y los límites entre los géneros que dominaron la experiencia moderna del arte carecen de autoridad, revelando una vuelta de tuerca en las estrategias creativas actuales, esas que aún nos parecen discordantes, extrañas, asonantes, pero jamás ajenas al presente de nuestras complejas realidades culturales.
Irving Domínguez
Curador Independiente
Nextlicpac de Iztapalapa, Ciudad de México. Otoño 2013.
La denominación “programa de conciertos” resulta raquítica para comprender los alcances de Atonal. Impulsado por la genuina necesidad de promover la producción artística que conjuga diversos soportes expresivos, con el sonido y la imagen en movimiento como puntales de las obras aquí reunidas, Alejandro Casales ha diseñado dos presentaciones a través de las cuales ha tejido un recorrido provocador y altamente sensorial que convoca autores de trayectorias consolidadas en la ámbito internacional con noveles presencias en la escena del arte actual mexicano.
Esto explica la coexistencia de obras escritas por Rodrigo Sigal, Elsa Justel y Leon Schidlowsky con las propuestas de los emergentes Badillo, Mohedano y Alejandré. Dichas vinculaciones se enriquecen con la presentación de piezas realizadas por jóvenes compositores mexicanos que han realizado estudios de posgrado en el extranjero, recibido premios internacionales por sus obras y han articulado de manera consistente los soportes de video con la sincronización de instrumentos interpretados en vivo, además aprovechan herramientas digitales de nueva generación y protocolos de programación de código abierto adaptados a sus necesidades. Atonal ofrece un viaje alterado donde se cruzan la experimentación formal con apropiaciones simbólicas del pasado prehispánico, voluntades iconoclastas y las posibilidades, poco aprovechadas en México, del uso de la música popular como materia prima de la exploración estética.
Es importante señalar que buena parte de las piezas que conforman el programa responden al principio de la interpretación. Dependen no solo de la sincronización de las partes que las conforman, sino del modo en el cual la ejecución en vivo establece una correspondencia con las representaciones técnicas a través de las cuales se añaden otros planos de sentido que permiten la convergencia de sonido, música, imagen en movimiento y representación visual, por mencionar algunos elementos que se organizan en ese momento para ser percibidos de manera simultánea. El resultado despliega un espacio y tiempo propios desde las cuales se integra a los miembros de la audiencia en un territorio nuevo, donde la especialización y los límites entre los géneros que dominaron la experiencia moderna del arte carecen de autoridad, revelando una vuelta de tuerca en las estrategias creativas actuales, esas que aún nos parecen discordantes, extrañas, asonantes, pero jamás ajenas al presente de nuestras complejas realidades culturales.
Irving Domínguez
Curador Independiente
Nextlicpac de Iztapalapa, Ciudad de México. Otoño 2013.
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